Los gozones

En esta camioneta la pasan bien. Tiene potente equipo de sonido. Se escucha un vallenato de los buenos. Puede que sean temas del gran Diomedes. La música sube y sube. Se mete en los apartamentos, en los cuartos, en las cocinas. Algunas señoras del edificio de enfrente se asoman a ver qué pasa.

No pasa nada: apenas es gente que quiere terminar su rumba.

El problema es que es jueves y son las 6 de la mañana. Y a esa hora no todos queremos escuchar a Diomedes. Pero ellos gozan. Lo han hecho varias veces. Es un trío fiestero: dos mujeres y un hombre. Uno que maneja tipo macho 4x4 que viene a dejar a su amiguita y les cuesta despedirse. Se toman los últimos tragos en el carro, le suben volumen a la parranda y a veces hasta vocean cosas incomprensibles por un altavoz, abren la puerta, medio bailan, le dan más volumen...

Una gozadera...

Por suerte uno puede llamar a Polichacao. Y esta vez nuestro rumbero tuvo que escuchar un regaño. Salió barato. Ojalá lo recuerde la próxima vez que venga a la 1era avenida a traer a la amiguita del María Laya. Ojalá.